Y es entonces cuando me vuelvo a dar cuenta de que todavía sigues siendo alguien importante en mi vida y que por mucha distancia, contrariedades, dificultades… que existan entre nosotros, lo cierto es que aún te sigo queriendo, aún me sigo acordando de ti y la sonrisa más sincera únicamente sale de mí cuando sé que volveré a verte, abrazarte, quererte y escucharte.
No sé por qué tengo la necesidad de volver a sentirme contenta durante tan solo unos segundos y terminar en un pozo negro del que tanto me costó salir; no consigo comprender por qué me torturo, por qué me encierro en algo que no ha terminado bien, que no ha tenido positivas consecuencias y que lo único que pude percibir y todavía sigo sintiendo es ese dolor que me quema, poco a poco, hasta que me canso y opto por tirar todo a la borda para volver a ser la que hace una semana; la misma que se reía incluso de si misma, aquella que sonreía a la vida y ésta le devolvía la más bonita de las miradas y la misma que ya no recordaba el color negro, sí las dificultades pero son éstas las que me han permitido llegar hasta donde ahora mismo estoy. Un lugar en el que me siento a gusto, feliz y satisfecha por todo lo que he conseguido y voy logrando poco a poco, junto a los que quiero… excepto tú que ya no estás a mi lado, que realmente jamás has estado como a mí me hubiera gustado y que, para más crueldad todavía, me consta que ambos seguimos sintiendo lo mismo. Solamente hemos conseguido enterrarlo como si nada hubiera pasado pero los sentimientos no se pueden controlar y a la mínima salen a florecer y volvemos, una vez más, a lo que tan felíz nos ha hecho y, al mismo tiempo, tan tristes nos hizo sentir. Cosas de la vida. Ésta es así, caprichosa, inexplicable pero dicen que vale la pena vivirla y quizás sea cierto.
Tan cierto como que me veo reflejada en las mismas preguntas de ella. Sin agregar nada más, para no hacer eternos mis comentarios. Ustedes dejen los suyos, todos van a ser leídos y bien recibidos.
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