miércoles, 8 de mayo de 2013

La libertad y otras sandeces que sirven de excusa.


No se va por la vida sin escuchar alguna que otra sandez generacional que la gente que las dice presupone que tienen un significado profundo y razonable, hasta poético para el que siente la inspiración de agregarle supuestos salvavidas (como ser, hablar de la belleza y el valor del otro en comparación con el reproductor de dicho disco rallado).
Lo peor de tener que ser el receptor de estas joyas intestinales no es el saber el verdadero significado (que, dicho sea de paso, generalmente es "me creo demasiado macho para un solo agujero", y  su contraparte femenina "tengo mucho agujero, desperdicio capacidad en un solo macho"), sino la incoherencia estructural y de contenido que haría llorar a la vieja escuela de formalistas rusos como si se les hubiera acabado todo el vodka del país.