martes, 24 de diciembre de 2013

Sopesaje Dilapidaje Salvataje

Pasaron los meses y llegamos otra vez a ese punto del año en que la gente hace un sopesaje de todas las experiencias vividas en los últimos 365 días. Tarea bastante chota, diría yo. ¿Cómo vamos a balancear esa cantidad de días? ¿Cómo dictaminamos con tanta ligereza si esa masa de horas fue un éxito o un fracaso? A ver, por ejemplo:
-Recibir cajas de chocolates de distintos hombres: éxito.
-Engordar cinco kilos: fracaso.
-Comprar un hermoso pantalón a buen precio: éxito.
-No entrar en el pantalón recientemente comprado: fracaso.
-Encontrar $50 en el pantalón dos talles más chico: éxito.
Demasiados matices como para comparar, ¿no?

miércoles, 25 de septiembre de 2013

Empatizar Rehumanizar

Esto va a ser un poco largo y solo toca el tema amoroso en menor medida, pero el tema humano al 100%, así que les pido paciencia, atención, y muchas gracias por quedarse.

Hace tiempo ya que me está sucediendo algo adentro y necesito sacarlo de mi, sacarlo al mundo y hacerlo llegar a la mayor cantidad de gente posible, así que, si son tan amables, si están de acuerdo con lo que paso a relatar, después de leerlo e interiorizarlo, les pido que lo pasen a su vez a los que ustedes crean necesario.
Hubo dos hechos esta semana, a 24 horas de distancia uno del otro, que rebalsaron el vaso de mi alma. Pueden parecer irrelevantes (y justamente ese es el problema), pero piensen que el más mínimo grano de arena forma parte de la playa. El primer hecho sucedió el día de ayer (24 de Septiembre del año 2013, Buenos Aires, Argentina, La Tierra), en un simple transporte público con alrededor de 15 personas adentro.

miércoles, 21 de agosto de 2013

Cómo armar un emparedado (sin indigestarse en el intento)


Nadie nace sabiendo. Hay un proceso en el ciclo de la ruptura de pareja, de la maduración emocional, que por más esfuerzo que hagamos en evitar, y saltar de un punto al otro, no se le puede escapar. Es como tratar de subir por escalera mecánica que va hacia abajo: uno no se mueve ni para abajo ni para arriba, siempre va a quedar en el mismo lugar.
Al principio, cuando somos bananas verdes en el árbol, lejos de poder ser consumidas sin indigestar al otro, dejamos que un solo aspecto de nuestra vida (en este caso, el romántico) desplome el resto de nuestra pirámide alimenticia. Estamos tan consumidos en el dolor que descuidamos todos los otros aspectos, impidiendo y/o boicoteando su desarrollo.

martes, 16 de julio de 2013

De regaderas y taxis


Si algo nos enseñó la industria cinematográfica de los años '90 es que si un vecino se muda o alguien nuevo se instala en nuestro barrio es por que está huyendo de un desamor, o de un homicidio (opciones no necesariamente excluyentes). El final es siempre el mismo: aunque el ex vuelva hecho una regadera de lágrimas y arrepentimiento, el protagonista ya rehízo su vida con un nuevo amor. Desgraciadamente los guiones de nuestras vidas no están tan magistralmente trazados; lo más común es que uno se siente en el piso de su casa nueva sin poder deshacer las cajas de embalaje mientras el ex, totalmente ajeno al sufrimiento paralizante de uno, riega las plantas con agua 100% libre de culpa. Y por cómo está la economía, "la casa nueva" puede traducirse a "la casa de mis padres".

viernes, 14 de junio de 2013

Fantasía patológica



La fantasía es una parte importante en el proceso de ruptura. "¿Cómo es esto, señorita sabelotodo?" me dirán. Paso a desarrollar: Hemos hablado de las distintas etapas de la ruptura. Negación, enojo, dolor, negación, bebida, negación, comida, más negación y en algún punto se nos acaban todas las energías para pelear lo impeleable y nos rendimos ante la aceptación. Pero como ya vimos, la negación parece ser eterna. Y en algún punto de esa espiral de oposición a la realidad, nos volcamos en la interesante y extrañamente satisfactoria acción de fantasear. No digo que sea el camino a tomar, pero es uno en el que todos nos desviamos en algún momento (y unos cuantos volvimos con souvenires, como la enfermedad mental o un blog).

miércoles, 8 de mayo de 2013

La libertad y otras sandeces que sirven de excusa.


No se va por la vida sin escuchar alguna que otra sandez generacional que la gente que las dice presupone que tienen un significado profundo y razonable, hasta poético para el que siente la inspiración de agregarle supuestos salvavidas (como ser, hablar de la belleza y el valor del otro en comparación con el reproductor de dicho disco rallado).
Lo peor de tener que ser el receptor de estas joyas intestinales no es el saber el verdadero significado (que, dicho sea de paso, generalmente es "me creo demasiado macho para un solo agujero", y  su contraparte femenina "tengo mucho agujero, desperdicio capacidad en un solo macho"), sino la incoherencia estructural y de contenido que haría llorar a la vieja escuela de formalistas rusos como si se les hubiera acabado todo el vodka del país.

martes, 26 de marzo de 2013

Mierda pedagógica.


Sensibilizada por el momento del mes, la cercanía de mi natalicio número veinticinco o simplemente por usar acondicionador en exceso, mi mente se vio atacada por una paz interior seguida por pensamientos de gratitud ante las cosas buenas que me dejaron mis sucesivas andanzas con humanos entera o parcialmente hechos de materia fecal.
No creo que una experiencia pueda ser completamente mala. Incluso si tenemos esa sensación, al menos podemos decir que aprendimos que no queremos volver a pasar por esa alcantarilla. Mierda, pero al menos es mierda pedagógica.

miércoles, 13 de febrero de 2013

No es fácil ser un sorete.



Pongamos un poco de perspectiva. En vez de poner el cuello al aire para que nos rebanen la cabeza, vamos a mirar con los ojos del verdugo, por que de alguna manera dicho personaje subió jerarquías hasta llegar a ese puesto (si, cortando cabezas). Por que hay que admitir que no es fácil ser un sorete.
Mientras lloramos sobre nuestro kilo de helado, hay un sorete incomprendido ahí afuera sintiendo sus orejas entrar en combustión. Nosotros los despechados repartimos un "qué sorete" por aquí, un "no entiendo por qué hizo esto" por allá, "probablemente se está riendo de mi dolor" más a la izquierda y "ojalá que lo penetre un caballo con sobredosis de viagra" por dónde quede espacio.