miércoles, 27 de mayo de 2015

Banana y La Usurpadora


Me pasa algo extraño a veces, cuando corto con una pareja. Algo así como que se detiene el tiempo, y por más que hayan pasado meses o años, esa persona queda en mi memoria tal cual la vi por última vez. Esto quiere decir que en mi memoria es un hermoso y recién-soltero hijo de puta. Lo cual representa un gran problema que no me planteo hasta que la realidad me toca el timbre y me pega una piña en la cara. ¿Cuál es el problema?
El ex se puso de novio.
El hijo de puta siguió con su vida, y nunca recibí la notificación. ¿Cómo se atreve? Te podés enterar por medio de amigos, por medio de internet o por medio de stalkearlo, pero sea como sea siempre se siente como una traición. Y esa traición trae consigo la seductora curiosidad de ver cómo es esta desubicada que tuvo las agallas de meterse con un hombre soltero y sin compromisos (asumimos).