El único lugar donde se cruzan Lindsay Lohan y Aristóteles.

Oh, nuestra vieja amiga la negación nunca se cansa. A veces parece que se esconde en la parte trasera de nuestro cerebro esperando su oportunidad para volver con alguna idiotez que a nadie le importa. Aún cuando no le prestamos atención, aceptamos la realidad, nos comemos tres kilos de helado y una pizza entera bajados con vodka, hay momentos de debilidad donde esta perra aprovecha para hacer una aparición patética y derrotada. Como Lindsay Lohan.

Se cuelga de la biblioteca mental y saca al azar algún tema del cual agarrarse. Hoy: Silogismos.

Veo veo ¿Qué ves?

Como probablemente ya lo dije, todo tiene un tinte distinto dependiendo del momento en que se nos presenta. Los sentidos son manipulados maquiavélicamente por el corazón, y nos encanta. Hete aquí un ejemplo de diversas interpretaciones ante la imagen de una pareja (aparentemente) felíz, según el estado emocional del espectador:

Reporte de visitas: dos mil.

Novias y novios, hemos pasado las dos mil visitas (el contador en este momento dice que superamos las dos mil cien, de hecho). Estoy muy contenta por esto, por que se lea, por que se comente, por que a alguien le sirva y me compartan lo que les pasa por la cabeza.

Puede que los posts sean un poco más espaciados a veces, la carrera es demandante y el tiempo es poco. Y si, quizás siga reportando cada mil visitas, es toda una sorpresa para mi, de las buenas. Mañana habrá algo nuevo para derramar.

¡Gracias, lectores!

Thank you, readers!

Спасибо, читатели! 

Danke, Leser! 

De monos y aviones.

El que no haya pasado un momento de negación absoluta, que tire la primera piedra (apunten a otro lado, no al monitor, no crecen en los árboles). 
A veces el dolor no encuentra el canal más sano para salir, y se oculta atrás de una pantalla de humo negro que nos hace llorar los ojos y nos nubla el cerebro (por eso no nos preguntamos por qué estamos lagrimeando). Un día nos levantamos de la cama y somos los tres monos sabios, todo en uno.

Sol y Sombra.

Antes que nada quiero agradecer a Sol por compartir en el blog lo que siente . Este post lo escribió ella mientras pasa por uno de esos momentos que todos conocemos, y se anima a compartirlo con el mundo, lo cual es algo valiente y probablemente ayude a otros que están pasando por lo mismo. Todos podemos identificarnos con lo que dice, por eso no cambio absolutamente nada de cómo lo escribió; mientras más crudo está el texto, más se puede ver el alma de donde salió. Les dejo entonces a continuación lo que salió del almita de Sol:

Repulsión Fatal.

(Estaba buscando una foto de "Atracción Fatal", pero esta foto de Glenn Close me pudo. Debería ser la foto de su Academia Para Ex-Novias Psicópatas)


Si en estos tiempos hay algo más preocupante que la cantidad de gente incapaz de mantener su palabra y principios, es la cantidad de estudiantes de la escuela Glenn Close para ex-novias, que hoy en día abre sus puertas a hombres y mujeres por igual.

De lijas y cartas.

Algunas personas parecen sentirse atraídas biológica e inevitablemente hacia el menos apto y más problemático de la especie, ese que no cubre sus propios rastros esperando que el depredador lo encuentre. Gente que pide ser mordida.
Hace unos años, esta chica salía con un muchacho cuyo historial romántico lo canonizaba (o al menos el lo contaba así). La chica, aún teniendo todas las razones para hacerlo, no pensaba que el santo anduviera repartiendo su número de teléfono en la puerta del loquero, sino que pensaba "¡Pobre víctima, le tocaron las peores cartas del mazo!".

Definiciones y botas de guerra.

Durante toda nuestra vida somos bombardeados con todo tipo de información acerca de lo que es estar enamorado, que consumimos en mayor o menor medida. Las novelas nos dicen que está bien que nuestra pareja sea maleable ("Si, Juan Antonio Manuel De La Vega Del Campo Nieves Da Silva, estoy embarazada aunque no me hayas tocado un pelo ni de casualidad en tu vida"); las películas dicen que está bien aguantar cualquier tipo de basureo si nos quieren ("Tuve sexo desenfrenado con Alicia hasta que se me prendió fuego la entrepierna, pero te amo ¿me aceptás de nuevo?"); y la música ¡La música! Unos acordes bien elegidos nos embelesan mientras un tipo dice que se va a volver loco sin esa mujer, que la perdona, que la va a esperar o se va a morir sin ella a merced de un taladro contra la sien.

Trago, Tequila, Brazo, Capot.

Fin de semana, ocasión perfecta para sacarse el pijama de Garfield que tenemos tatuado y dejar el balde de pollo bañado en chocolate de lado. Este finde no nos quedamos a mirar por enésima vez esa película donde todo es triste pero al final todos los personajes son felices con la última persona que se esperaban, aunque el guión era tan obvio que casi lo podemos recitar.
Nos sacamos el polvo, nos ponemos taco alto, plumas de colores y salimos al aire nocturno que huele a mezcla de magia y desesperación, dependiendo del perfume que esté usando el alma de cada uno.

Naftalina y Cocoon.

Dicen que no hay peor ciego que el que no quiere ver. Dicen que el amor es ciego. Pueden decir también que el amor tiene disfunción eréctil o causa hemorroides, pero nunca vamos a tomar esas cosas por lo que son, sino que vamos a buscarle la poesía que nos calce mejor. No vamos a aceptar nuestra ceguera hasta que tenemos una conversación reveladora con alguien, que puede ir más o menos de esta manera:

Página Oficial de Facebook.

https://www.facebook.com/NoviaPatologica

Hoy el blog cuenta con una página de facebook para más información, dudas, consultas, comentarios, insultos, recetas para tragos y lo que se les ocurra si no les gusta la ventana de comentarios de este medio.

Difundan, compartan, gracias por leer y felíz día a todas las mujeres de alma, de cuerpo, las que sufren por amor y las que sufren en silencio. El día de la mujer es todos los días, por que no portamos vaginas un solo día al año, y los ovarios nos pesan todos los meses. Pidan una pizza, abran una cerveza y pónganse un vestido de novia, hoy están casadas con el ser más lindo de la tierra, que es una misma.

¡Salud!

Vello púbico en bandeja de plata.

Hay quienes todavía cometemos el grave, grave error de servir todo en bandeja de plata. Consentimos hasta el cansancio, pasando por alto nuestras propias necesidades con tal de que el otro esté felíz. Somos como Rómulo y Remo: Rómulo se va a fundar Roma y se convierte en rey, le ponemos la coronita en su inflada cabeza egocéntrica ¿y mientras yo qué hago? Remo. Remo por los dos, hasta que me queden los brazos como Hulk Hogan, con tal de no perturbar la importantísima y sagrada vagancia del Rey Rómulo, mientras se rasca su real trasero.

El futuro tiene cara de Yao Ming.

La percepción del tiempo es una zorra engañosa que no se puede manejar. Cuando estamos aburridos un minuto nos parece una eternidad, y cuando la pasamos bien se va volando como una vaca en un tornado.
Pero el tiempo también puede pensarse en términos del Dr. Manhattan, como me gusta pensarlo a mi: todo está pasando al mismo tiempo.

De puertas y cucharas (es mi primera vez, sé gentil)

Este mundo es una olla llena hasta el tope de todo tipo de vegetales, carnes y lo que sea que le quieran agregar a esta sopa, todos diferentes unos de otros e importantes de una forma que solo uno puede ser.

En esa olla está flotando la gente a la que quiero dedicar el post hoy: la gente que todavía cree que las primeras veces son especiales.

No hablo puntualmente de sexo, hablo de las primeras veces en todo, sea el primer beso, el primer día que se vieron, y finalmente si, la primera vez que dejamos que metan la cuchara en la sopa.

Justicia, se llama.

"Qué sé yo, por momentos me pregunto qué le vi... y digo ¡Qué boluda!¿Cómo pude estar con el?"
Sabias palabras de La Chica de las Estrellas, como me gusta decirle. Palabras que gracias a Dios todas decimos en algún momento, cuando nos damos cuenta de que esquivamos una bala.
La Chica de las Estrellas tiene una vida muy ocupada, llena de luz, de gente que comparte su buena energía, nunca se queda quieta; sin duda su futuro brillará como su sonrisa.

¡Blasfemia! Me encanta.

En adición a la pregunta del medio millón, del millón y del gordo de navidad, tenemos pilas y pilas de otras pequeñas preguntas que parecen materializarse donde sea que reposemos la vista. Basta con tener un segundo libre durante el agitado día para que la nostalgia nos invada y nos ataque con su enorme garrote de recuerdos; y en vez de estrellas, nuestra cabeza escupe preguntas.