La libertad y otras sandeces que sirven de excusa.

No se va por la vida sin escuchar alguna que otra sandez generacional que la gente que las dice presupone que tienen un significado profundo y razonable, hasta poético para el que siente la inspiración de agregarle supuestos salvavidas (como ser, hablar de la belleza y el valor del otro en comparación con el reproductor de dicho disco rallado).
Lo peor de tener que ser el receptor de estas joyas intestinales no es el saber el verdadero significado (que, dicho sea de paso, generalmente es "me creo demasiado macho para un solo agujero", y  su contraparte femenina "tengo mucho agujero, desperdicio capacidad en un solo macho"), sino la incoherencia estructural y de contenido que haría llorar a la vieja escuela de formalistas rusos como si se les hubiera acabado todo el vodka del país.

Como no pueden faltar, he aquí los ejemplos:
-"Me siento asfixiado, quiero mi libertad". ¿Yo tengo la culpa de que se te cierren los bronquios y se te rompa la cerradura? ¿Y qué tiene que ver la asfixia con la libertad, si podés estar teniendo un ataque de asma en el medio del bosque? Ah perdón, ya mismo te aflojo la bolsa de plástico de la cabeza y el grillete de la pierna. Te juro que pensé que te gustaba el sado-masoquismo.
-"Si te hubiera conocido hace un año, todo sería perfecto, pero estoy en un momento de mi vida en que no sé qué me pasa". ¿Al menos te está pasando sangre al cerebro? ¿Fuiste a ver a un médico? Podría ser grave. Podría ser gripe porcina, eso explicaría lo cerdo. Mejor que no te haya conocido hace un año, el barbijo no va conmigo, no sabría con qué combinarlo.
-"Este no es nuestro momento, quizás más adelante". ¿No es nuestro? ¿De quién es entonces? ¿Dónde se compran los momentos, o es acaso una cuestión del que llega primero, o te los encontrás en la calle? Y si es más adelante, ¿por qué no intentamos en la próxima esquina, o en la cuadra de enfrente? Esto del espacio-tiempo claramente no es lo nuestro.
-Y como no, el favorito de todos los tiempos: "no sos vos, soy yo". Acá es cuando la cosa se pone metafísica. ¿Cómo que no soy yo? ¿Estás poniendo en duda mi existencia? Si no soy yo, ¿entonces quién soy? ¿Puedo elegir quién ser ahora que soy una desahuciada existencial? Y como si no fuera poco lo de hacerme dudar de mi, me refregás en la cara que vos sí sos vos. ¿Sabés dónde puedo hablar para que me adjudiquen un nuevo ser?
Lo que necesitamos ahora es dejar de ser tan circulares y empezar a ser un poco más lineales. Bailar un zapateo americano alrededor del "no te quiero ver más" no lo hace ni menos doloroso ni más noble, solo lo hace más confuso. Podríamos ahorrarnos la energía y el tiempo que gastamos en desenvolver la verdad cual mamushka, e invertirlo en algo más productivo, como tomar clases de corte y confección o cualquier cosa que no sea pensar en una persona que se cree zen pero es más ordinaria que mojar una porción de pizza en el café con leche.


A mi me dijeron "se que te voy a volver a buscar". Yo le contesté "eso es lo que le digo a Wally cada vez que termino uno de sus libros, pero lo mío con el sí es amor". Gracias a los que volvieron por el camino directo, y a los que llegaron por el laberinto de internet. Sigan sintonizando.