lunes, 28 de mayo de 2012

De enfermedades y nacimientos.

Sin importar lo bien o mal que nos podamos sentir, lo inmunes que creamos ser y las vacunas que nos mande a aplicar este mundo sensacionalista, todos caemos eventualmente en cama con la bolsa de agua caliente en la cabeza y la chata abajo de la cama gracias al paralizante virus de la nostalgia.
Los síntomas: suspiros cada vez más frecuentes y prolongados inducidos por espontáneos recuerdos regurgitados. Estado de ánimo lúgubre. Sensación de cansancio y/o necesidad de cama y osito de peluche. Falta de crédito en el celular por múltiples llamados a mamá. Angustia oral y/o diarrea explosiva (generalmente producto del síntoma anterior).

En caso de sobredosis por pasar un fin de semana entero mirando fotos viejas salpicadas de vino y música sacada de la lista de reproducción de comedias románticas, consulte con su médico amigo (también conocido como "psicólogo", "chongo","amigos", "helado" o "alcohol").
El tratamiento que se recomienda consiste en la distracción, con los medios que cada uno considere más apropiados (léase advertencia en caso de sobredosis). En caso de que nada de lo que se le ocurra surta efecto, piense lo siguiente:
Terminar una relación es como nacer. Nos expulsan de nuestro lugar cómodo que llamamos hogar, donde nos sentíamos a salvo, y salimos llorando y gritando de miedo a un lugar nuevo, frío y enceguecedor, con gente extraña que no conocemos y en la que no confiamos. Nos sentimos desnudos, expuestos al peligro. Al pasar los días, nos vamos acostumbrando al ritmo de este nuevo mundo. Años más tarde ni siquiera recordamos el útero ni cómo se sentía. Ahora tenemos todo tipo de recursos para mantenernos a salvo, acobijados, entretenidos. Volvimos a nacer. Tenemos toda la vida por delante. De vez en cuando quizás, hojeando un libro de medicina, nos ataque el virus de la nostalgia, y se caigan un par de lágrimas, y eso está perfecto, por que quiere decir que en nuestra estadía uterina nuestros corazones se desarrollaron bien, y eso es algo que lamentablemente no le pasa a todos. Siéntanse especiales, mírense al espejo y díganse lo lindos y únicos que son, como bien me aconsejaron la última vez que renací. ¡Funciona!






Siéntanse libres de compartir sus nacimientos, la comunidad patológica agradece su colaboración.



2 comentarios:

  1. Estoy hace dos horas de reloj embobada leyendo tu blog. Me reí a carcajadas, me sentí plenamente identificada y por esta entrada me sentí enormemente cobijada.
    Tus notas son lo más, te aplaudo!! Los paralelos que trazás, lo reales que son, las conclusiones del final, el tratamiento que le dás a temas particularme críticos para nosotras. No no, sos brillante!!! Da gusto encontrar estas cosas en la web. Uno de los blogs que más me gustan y que más me agrada tener en mi blogroll.
    Te dejo un besote gigante, Ambar.
    Una novia patológica más :)

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    1. Cada vez que me escribís algo se me pianta una lágrima de emoción. Me siento honrada por que me léas y compartas mi blog en el tuyo, no se podría pedir más. ¡Casate conmigo, Ambar! Jajaja :)

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