Cuando era chica y se
acercaban las fiestas, me encantaba salir a pasear y mirar las vidrieras de los
negocios decoradas con regalos preciosamente envueltos, e imaginar qué podían
tener adentro. Las posibilidades eran ilimitadas en mi cabeza – penosamente limitadas
en mi bolsillo. ¿Una muñeca? ¿Un rompecabezas de ochocientas millones de
piezas? ¿Un metabolismo que me mantenga flaca para siempre? La idea era
sumamente poética en esa época, pero no tan virtuosa en mi vida adulta cuando
apliqué la misma fórmula con mis parejas.
jueves, 24 de diciembre de 2015
martes, 3 de noviembre de 2015
Modelos de integridad (o "te quiero lejos de mis bombachas")
No soy una persona que siga los asuntos de la farándula. De hecho, la
mayoría de las veces que me cuentan algo de un famoso, no tengo la menor idea
de quién me están hablando. Mi mente se quedó en los famosos de los ’90 y ’00;
puedo nombrar como mucho a Bruce Willis, a las Spice Girls y a Shrek. Pero hoy
me topé con noticias que me parecieron escandalosas, y no de parte del famoso,
lo que hizo o la situación en sí, sino de las personas que lo promovieron.
lunes, 24 de agosto de 2015
De Individualismo y Carilinas
Estamos en
una época de un individualismo paralizante. No hay que caminar muy lejos para
escuchar frases entre las líneas de “me encanta pero tiene un hijo y yo no
estoy para eso” o “tenemos mucha química pero está pasando por muchos quilombos
y no me voy a hacer cargo”. Parece que hay gente que, ante la menor incomodidad
en la pareja, siente que le están pidiendo que desactive una bomba. Hoy les
vengo a decir esto: saquen la cabeza de su propio upite, nadie les pidió que
salven al mundo, solo un poco de apoyo.
miércoles, 27 de mayo de 2015
Banana y La Usurpadora
Me pasa algo extraño a veces, cuando corto con una pareja. Algo así
como que se detiene el tiempo, y por más que hayan pasado meses o años, esa
persona queda en mi memoria tal cual la vi por última vez. Esto quiere decir
que en mi memoria es un hermoso y recién-soltero hijo de puta. Lo cual
representa un gran problema que no me planteo hasta que la realidad me toca el
timbre y me pega una piña en la cara. ¿Cuál es el problema?
El ex se puso de novio.
El hijo de puta siguió con su vida, y nunca recibí la notificación. ¿Cómo
se atreve? Te podés enterar por medio de amigos, por medio de internet o por
medio de stalkearlo, pero sea como sea siempre se siente como una traición. Y
esa traición trae consigo la seductora curiosidad de ver cómo es esta
desubicada que tuvo las agallas de meterse con un hombre soltero y sin
compromisos (asumimos).
viernes, 13 de febrero de 2015
"D" de "Desamparo"
Siempre me consideré un poco psíquica, siendo mi poder saber cuándo me iba a dejar mi pareja. Al principio no quería seguir mi propio instinto y lo desestimé como paranoia (o sea, no solo dudé de mi misma, sino que además me insulté), para luego darme la ñata contra la pared del abandono. Con los años empecé a hacerle caso a mis entrañas y mejoré la técnica que en el futuro me sirvió para crear un pseudo-paracaídas que disminuya el impacto de la deserción.
Hoy quiero compartir mi pequeño pedazo de sabiduría para que todas puedan ayudarse a sí mismas en esos momentos, de ser necesario.
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