lunes, 24 de agosto de 2015

De Individualismo y Carilinas

  


  Estamos en una época de un individualismo paralizante. No hay que caminar muy lejos para escuchar frases entre las líneas de “me encanta pero tiene un hijo y yo no estoy para eso” o “tenemos mucha química pero está pasando por muchos quilombos y no me voy a hacer cargo”. Parece que hay gente que, ante la menor incomodidad en la pareja, siente que le están pidiendo que desactive una bomba. Hoy les vengo a decir esto: saquen la cabeza de su propio upite, nadie les pidió que salven al mundo, solo un poco de apoyo.
  Queremos todo fácil y queremos todo ya, y si no es así, pasamos a lo siguiente. Si de repente el otro nos viene con una cuestión menos superficial que eso, corremos por nuestras vidas sin dejar rastro. ¿Qué es eso de no querer profundizar? Hay una abismal diferencia entre solucionarle los problemas a alguien y hacer apoyo moral. Creo que hoy por hoy no hay nadie que diga “¡Quiero que llegue mi príncipe azul a rescatarme de todos los males!”, y si los hay probablemente estén encerrados entre paredes blanditas lejos del alcance de Tinder. Como gente grande y consciente sabemos que uno tiene que buscar sus soluciones y trabajar sobre eso, y el apoyo de la persona que tenemos al lado es muy importante (ojo, "importante" no es lo mismo que "indispensable", sos la pareja, no la espina dorsal). Mucha gente parece que tiene incorporado un traductor de mierda, que cuando escucha “estoy pasando por un momento muy duro en mi vida” entiende “CASATE CONMIGO Y ARREGLAME MIS PROBLEMAS”. No, gente, eso solo significa “tengo un problema y necesito un poco de apoyo y que me sepan escuchar”.
  A mucha gente le es difícil confiar en otro (hola, yo soy una), y llegar al punto de abrirse y que el otro salga corriendo dejando su formita en humo es deplorable; es minarle el autoestima al que pide contención, es afirmar que somos una sociedad en detrimento, carente de empatía. Y el que corre parece pensar que nunca va a tener un problema y la necesidad de un oído que lo escuche. A menos que seas una Kardashian con todas tus necesidades básicas, secundarias, terciarias, etc., cubiertas, no estás lejos del alcance de los problemas de nosotros los plebeyos (sino, suerte con eso de huir de la realidad, nos vemos en Narnia).
Hoy el que tiene un problema y necesita ayuda es el otro, mañana podés ser vos. Ayer me quedé sin papel higiénico, por suerte alguien me alcanzó un pedazo. Mañana voy a ser yo la que le extienda la carilina al otro. El mero hecho de escuchar a la otra persona mientras ventila ya es una acción importante. Es una vida difícil que se hace más amena cuando la transitamos acompañados, sea pareja, familia o amigos; obviamente no vas a quedarte en una relación en la que no querés estar, pero en ese caso hay que tener los cojones para decirlo así, de frente y manteca, en vez de poner excusas que te harán sentir menos culpable a vos pero te hacen ver para el orto para el resto de la humanidad. Sepamos darle una mano al desamparado. Sepamos ser responsables. Sepamos ser humanos.



Un saludo especial a todas las madres/padres que se fumaron a algún pelotudo con complejo de Peter Pan. Ustedes son más fuertes por tirar para adelante por dos (o más). Gracias por pasar ¡Salud!

2 comentarios:

  1. Uy, qué tema. La verdad yo soy de las que si no estoy bien, prefiero estar sola. Estando mal no voy a poder conectar bien con el otro, prefiero primero sanarme. Nunca fui de buscar pareja, me parece que es mucho más normal estar solo (como los niños...), pero es rico estar con alguien, compartir, apoyarse, pero la verdad es que si alguien vienen muy baqueteado, puede que yo intente estar ahí, y aguante una, dos... tres cosas... y sería todo. Sánate primero, y después hablamos. Hay cosas en las que uno puede apoyar, pero otras de las que sólo te llegan los coletazos, y yo no creo en el amor sufrido, ni en que estar con alguien sea un apostolado. Si mi pareja tiene problemas, ahí estaré, pero tiene que haber "algo" que no una. Si al final él y sus problemas son una cosa muy distinta a mí, no me voy a quedar ahí. Por otro lado, si alguien tiene hijos, no me aproblema. En general nada me aproblemaría, salvo problemas de caracter o cosas que te hundan. Soy apañadora, pongo mucho el hombro, con toda mi lealtad, pero tengo mis antenitas de vinil muy atentas para no caer en abismos que no me pertenecen.

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    1. Tal cual, uno no puede (ni debe) solucionarle los problemas al otro, lo que sí puede hacer es acompañar, siempre y cuando la otra persona esté en un estado en el que pueda ser acompañada. A veces uno está tan mal que es mejor, como vos dijiste, estar solo, sino uno termina siendo la mala compañía. ¡Gracias por leer! :)

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