martes, 3 de noviembre de 2015

Modelos de integridad (o "te quiero lejos de mis bombachas")

  No soy una persona que siga los asuntos de la farándula. De hecho, la mayoría de las veces que me cuentan algo de un famoso, no tengo la menor idea de quién me están hablando. Mi mente se quedó en los famosos de los ’90 y ’00; puedo nombrar como mucho a Bruce Willis, a las Spice Girls y a Shrek. Pero hoy me topé con noticias que me parecieron escandalosas, y no de parte del famoso, lo que hizo o la situación en sí, sino de las personas que lo promovieron.

  Hoy estaba en el trabajo y me contaron que una modelo famosa en nuestro país (Argentina) se separó del marido, y habían salido a la luz unos audios facilitados por una –o más, no sé- de las empleadas. En los audios se escucha la voz de la mujer, acongojada, adolorida por lo que estaba viviendo con su, ahora, ex-pareja. Estas eran las voces y penurias de la intimidad. In-ti-mi-dad. Palabra que al parecer estas facilitadoras desconocen.
  No me importan los problemas de los famosos en sí, son sus vidas y pueden hacer lo que quieran con ellas (como hago yo, que decido, DE-CI-DO, exponer mis pesares al que quiera leerlos), lo que me molestó es la falta total de respeto y empatía por parte de la empleada que difundió estas cuestiones privadas, cuestiones que no le pertenecían ni le competían. Difundió sin compasión ni permiso el dolor de una compañera de género. Le arrancó un pedazo de su vida y lo expuso para que todo el mundo y su vieja lo escuchen, porque al parecer para algunas personas no es suficiente enterarse de cuántos pedos se tiró un famoso sino que ahora hace falta escucharlos. La próxima, se le van a meter en el baño para también poder olerlos. ¿Dónde vamos a poner el freno?
  Hay toda una industria dedicada al chimento, lo entiendo, lo sabemos todos. Pero yo lo pienso de esta manera: sos la empleada y, sobre todas las cosas, una mujer; estás viendo a tu jefa sufrir por lo que muchas otras mujeres (y hombres, no hay excepciones) sufren; estás escuchando su dolor en carne viva y en vez de pensar “pobre mujer, entiendo su dolor”… ¿Sacás un grabador? ¿Pensás “voy a grabar esto así me dan platita los medios”? ¿Cuánto te dieron, dos pesos por tu integridad? ¿Querés agregar tu dignidad al combo por $99.99? Un ofertón que para ellos no significa nada. Vos no significás nada. Hoy sos noticia, mañana no te dan un vaso de agua. Y olvidate de volver a trabajar, porque te quedaste sin referencias, ningún famoso (ni no-famoso) te va a querer cerca con ese prontuario. Nadie te va a querer cerca de sus bombachas.
  Seamos decentes, gente. Hoy ella llora porque el marido fue un sorete y la engañó. Mañana tu novio te va a meter los cuernos a vos, ¿querés que todo el mundo se entere? Porque al fin y al cabo, lo que yo me llevo de esta noticia no es que esta modelo es una cornuda, ni que el ex-marido es un sorete, sino de que había una persona en su entorno que tiene CERO INTEGRIDAD. Otra vez, por guita baila el mono. La modelo va a ser feliz con otro tipo, o sola, o con un camello , lo que ella quiera; va a seguir laburando y va a seguir con su vida. La ex-empleada va a tener un poco de plata en el bolsillo hoy, pero mañana se le va a terminar, y la integridad no vuelve a crecer; una vez que la arrancaste de la maceta, fuiste. ¿Y qué ganó? Absolutamente nada. Y perdió todo.
¡QUÉ BRONCA!



Gracias por leer esta tirada de bronca, la verdad que me indignó. Como siempre, estamos abiertos para comentarios, confesiones y vivencias de todo tipo. ¡Salud!


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