lunes, 28 de mayo de 2012

De enfermedades y nacimientos.

Sin importar lo bien o mal que nos podamos sentir, lo inmunes que creamos ser y las vacunas que nos mande a aplicar este mundo sensacionalista, todos caemos eventualmente en cama con la bolsa de agua caliente en la cabeza y la chata abajo de la cama gracias al paralizante virus de la nostalgia.
Los síntomas: suspiros cada vez más frecuentes y prolongados inducidos por espontáneos recuerdos regurgitados. Estado de ánimo lúgubre. Sensación de cansancio y/o necesidad de cama y osito de peluche. Falta de crédito en el celular por múltiples llamados a mamá. Angustia oral y/o diarrea explosiva (generalmente producto del síntoma anterior).

martes, 22 de mayo de 2012

Vacaciones patológicas.

Algo que nuestras madres, terapeutas y telenovelas de bajo presupuesto se esmeran en meternos en la cabeza en sus distintas y particulares maneras, y que en nuestras propias y particulares maneras nos esmeramos en ignorar, es que el mundo desborda de gente en estado o posición emocional indeterminado, que no sabe lo que quiere o si lo que tiene es lo que realmente quiere.
Y con mucha razón: este mundo pone todo de sí mismo para volvernos locos y hacernos naufragar en la marea de desinformación y presión social, tanto que terminamos perdidos, tanteando en la neblina, buscando un puerto seguro o al menos algo de qué agarrarnos, aunque sea por un rato. Muchas de esas veces tiramos el ancla en cualquier piedra o islote mugroso que encontramos en el camino, viendo solo el frente de esta y pensando que hay mucho más por descubrir.

viernes, 11 de mayo de 2012

Superalo, amigo.

Hace unos días, mientras fantaseaba que no tenía que estudiar para los exámenes que se acercan (corriendo, con hachas), me crucé en un foro con una pregunta interesante. He aquí dicha pregunta:


"¿Cómo se sabe cuando superaste a alguien? Suena idiota, en mi mente siento que lo acepté, pero a veces pienso mucho en esto. Me pregunto si es por que me siento solo o si realmente extraño a la persona... O quizás ninguna y solamente extraño lo bueno de la experiencia. Me perturba por que siento que no voy a volver a experimentar algo así de bueno."

domingo, 6 de mayo de 2012

Yo te re quiero, pero... (Le digo no a las drogas)




A nadie le gusta el rechazo. Exponer lo que uno lleva adentro y recibir una respuesta negativa nos reduce a un estado de vulnerabilidad con efectos secundarios a criterio de cada uno, sean botellas, comida, conexiones humanas descartables o todas juntas en una licuadora, con asquerosos resultados. Un día decidimos dejar de tomar ese licuado depresivo y lavarnos los dientes (los vahos que emanan a causa de esa mezcla son fácilmente registrados a simple vista; trate de elegir una pasta dental y enjuague bucal fuertes en combinación); hay que volver a la vida y dejar todo atrás. Pero como ya se vio anteriormente, no es así para todos.

martes, 1 de mayo de 2012

La inmasticable realidad del ser.

Rara vez en la vida uno se cruza con una novia patológica que no lleve a cabo a la cuasi-perfección su rol en la relación. Una vez el nido esté armado sabemos cuidarlo, mantenerlo a salvo, amueblarlo, asearlo, tener siempre la comida más rica en la mesa y la cama lista para ser desordenada. Así como uno sabe ser bueno como pareja, también debe aprender a dominar el arte de ser bueno como ex-pareja. Con esto me refiero a dejar al ex donde corresponde: en el pasado, lejos de uno. He aquí una historia increíble, de esas al estilo Glenn Close, que llegó a mis oídos recientemente.