miércoles, 4 de julio de 2012

Desde Kosovo con amor.

Como buena novia patológica y ser humano en crisis existencial, hoy vengo a desparramar otro manojo de mis verdades recién salidas del horno. O, haciendo alusión a la temática del día, recién salidas del cañón.
Se podría decir que en un desconocido porcentaje de las veces (Dios sabe que hoy en día ya no estoy segura de nada), un ser humano ata lazos románticos con otro con cierta esperanza de un futuro pintado de amor, armonía y empalagosa co-dependencia. Los comienzos se ven asfixiados en una nube rosa de algodón de azúcar símil a la felicidad, como debe ser. Algunas veces, dicha sociedad establecida tiene éxito y la nube se queda viciando el aire por tiempo indefinido. Otras veces, la nube pasa de rosa-azúcar a gris-pólvora.

La historia nos dice que ninguna guerra surge sin motivos, y todas acarrean una serie de levantamientos previos y luchas internas. La pequeña pelea diaria por ver a quién le toca la responsabilidad de transportar los desperdicios a la calle se suma a la molestia por las marcas de barro en el piso recién baldeado, la prestobarba usada para rasurar las piernas y la tabla del baño orinada, formando una avalancha de discusiones y diferencias que escalan a rajaduras más profundas, y terminan detonando los cañones que lanzan los ya conocidos "no me entendés", "estoy cansado/a de esto" y "ya no es lo mismo".
Esas frases determinan el final de un enfrentamiento, y hay que aceptarlas como un retorno a la paz para seguir adelante con nuestra pequeña nación por separado, agitada por la lucha pero en vías de recuperación. De lo contrario, si aceptamos esas frases como un desafío y aún así decidimos seguir la asociación con la otra parte, estamos entrando en lo que se denomina "paz armada"; usamos todos nuestros recursos para la industria de armamento (también conocido como "me voy a acordar de esto y te lo voy a echar en cara más adelante en alguna discusión totalmente aislada"), acción que indudablemente terminaría en guerra. Ese es el momento en que el algodón de azúcar se nos pegó en el paladar y la nube gris nos hace arder los ojos.
Nos quedamos bajo el pretexto de defender el honor y los principios de nuestra nación, pero la verdad es que pensamos que la partición de Estados nos va a dejar en bancarrota. No es así, señoras y señores. Nuestra nación solo va a caer si nosotros lo permitimos. Podemos soportar separaciones, podemos soportar bloqueos; podemos producir nuestros propios bienes y crecer por dentro, sin necesidad de que el resto del mundo influya. Somos nuestra propia luz, somos un Estado fuerte. No necesitamos guerras civiles con un Estado inmaduro y sucio. Metete tu paz armada en el medio de la mina de carbón y hacela volar, voy a fundar mi propia nación donde la gente va a ser felíz y libre de decir, pensar y hacer lo que quiere con la prestobarba que se le de la regalada gana.




Sean todos bienvenidos a formar parte de la nueva nación, con sus comentarios y/o historias. La canasta de bienvenida contiene prestobarbas, alcohol y todo el helado que puedan engullir, siendo todo producto nacional.

5 comentarios:

  1. Princess Consuela Bananahammock4 de julio de 2012, 10:09 p.m.

    Y también voy a formar mi propia nación.
    Estaba pensando en emular a Noruega ponele, y llenar el territorio de vikingos.
    Vikingos y yo, claro está.

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    1. Me parece perfecto. Cada cual forma su propia nación con la gente que se le canta. Te propongo una alianza, vos me pasás vikingos y yo te paso eh... Prestobarbas.

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    2. Princess Consuela Bananahammock4 de julio de 2012, 10:36 p.m.

      Ok, pero si afeitas a los vikingos te cago a piñas. Con amor, pero te cago a piñas.
      Tijeras para el pelo? no tenés?
      "Las mujeres nos enamoramos del Che y le pedimos que se afeite la barba" podría pasar a ser "Las mujeres le queremos dar a los vikingos, y les pedimos que se corten el pelo".
      Si, ya estoy hablando en plural y re cerca de irme a la banquina.

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  2. Genia! Me gustan las analogías =)

    Maldita nube que te hace ver todo distorsionado! Es increíble como uno perdona ciertas cosas cuando todo es color de rosa o deja pasar otras porque esta todo bien, pero ahora se viene la nube gris y agarrate catalina porque te linchaaaaan!!! Y no se perdona ni una! Y todo lo que te gustaba y amabas pasa a ser algo odioso que no soportas!

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