lunes, 25 de junio de 2012

De hamburguesas y ricota (o "larga vida al pastelero")

Hoy, habiendo terminado de rendir exámenes y haciendo derroche del poco tiempo de inocencia que me queda antes de la fatídica entrega de notas, se me ocurrió ponerme a rememorar y hacer ecuaciones con los diversos efectos que tuvieron las rupturas sobre mi. Desde un punto analítico esta vez, no tanto desde abajo del escritorio comiendo frituras. Como muchas novias patológicas, y como para no perder la costumbre, el factor común resalta por sobre todas las otras reacciones cual bijouterie de feria americana: "¿Qué tengo de malo?", escuché decir, me escuché decir, y probablemente voy a volver a decir una importante cantidad de veces.

miércoles, 13 de junio de 2012

Reporte de visitas: ¡Felíz día del escritor!



Si, este es otro aburrido post acerca de las visitas. Hace unos días ya que el contador me trajo la noticia de que superamos las cuatro mil visitas. Se agradece a los internautas perdidos en la red que terminaron acá y quizás se quedaron por la hospitalidad, a los amigos de facebook, a los que encuentran mis garabatos vandálicos en las paredes y sobre todo especiales agradecimientos a los otros bloggers que recomiendan a Novia Patológica en sus propios espacios (pronto voy a renovar el sitio y voy a poder agradecer con sus links), eso significa tanto para mi que no puedo expresarlo en palabras. Felíz día del escritor a todo el que pone sus pensamientos en papel, blog, o la forma que salga. Probablemente el próximo post, como Dios manda, va a ser para el viernes de la semana que viene, debido a la falta de tiempo causada por los exámenes. Nuevamente se agradece su participación y se alienta a que siga. ¡Vuelva pronto!


sábado, 9 de junio de 2012

Pitonisa para la desgracia.

Todos y cada uno de nosotros nos damos cuenta cuando algo está mal en la relación, se quiera o no se quiera admitir. Además de negadores, muchas veces rayamos en la hipocresía absoluta. Como buena novia patológica, me declaro culpable de ambos cargos; si no estaba haciendo de cuenta que la decepción me había agarrado completamente por sorpresa, me estaba haciendo la superada que ya estaba al tanto y no le dolía, cuando por dentro estaba pensando los gustos de helado y pizza que me iba a pedir esa tarde.
Como yo misma anduve pregonando el recurrente "¡Ya sabía que esto iba a suceder!", y me gusta hacer las cosas simples (pueden ir contando las hipocresías desde este renglón, sugiero que anoten para no perder la cuenta), decidí que voy a ser más sabia y adelantarme a la situación.

miércoles, 6 de junio de 2012

Ray de corazones.


Hoy es un día sumamente triste. El universo decidió llevarse parte de la magia que nos prestó durante 91 maravillosos años, pero nos dejó el corazón lleno de amor y sueños.
Uno de los más grandes amores de mi vida partió hacia la eternidad, o como me gusta pensarlo, se fue a charlar y tomar el té con Isaac Asimov sobre un cometa. Ray Bradbury, durante toda mi vida en la que mi corazón se rompió y se recompuso innumerables veces, en que tomé hasta la inconsciencia del vino del estío, me senté debajo del árbol de las brujas a comer un glorioso pancho y, gracias a la influencia de dicha bebida, mi lengua creía estar saboreando las doradas manzanas del sol; en que, en este carnaval oscuro, salí con tanta gente del otoño y llegué a planear un casamiento con el hombre ilustrado (y, en consecuencia, comencé a escribir estas crónicas marcianas), siempre estuviste ahí para sostener mi alma e impulsarla al cielo, al espacio, a todos lados.
Fuiste y siempre serás para mi una de mis más poderosas maquinarias de la alegría, y este día parece que va a llover para siempre. Aún así, cuando sienta que algo malvado (o maravilloso) se acerca por este camino, sé que vas a seguir ahí, en mi mesita de luz, mucho después de medianoche como un remedio para melancólicos, para brindarme todo el amor que compartiste conmigo y con el mundo.
Te amo Ray, hasta siempre.



Gracias nuevamente por acercarse, hoy abracemos un libro de Ray en su memoria (no los pude esperar, lo tuve que hacer apenas llegué a casa).

domingo, 3 de junio de 2012

La historia de mi vida en la soga para colgar la ropa.



Hay semanas en que una persona se encuentra más propensa a envolverse en cuestionamientos que no llevan a nada. Durante la semana que acaba de terminar, dediqué incontables momentos preguntándome por qué siempre acepto al idiota de turno aún cuando tengo plena conciencia de que no es el indicado; una de esas preguntas doradas que dejan el pozo vacante.
Entonces, colgando la ropa, me di cuenta de algo: mis medias nunca tienen su par indicado. Por alguna razón (llámese duendes, ángeles, sofisticado ladrón de medias, etc.), cuando meto la mano en la bola de ropa mojada que cumple su turno en el mágico mundo del lavarropas, saco dos medias distintas.