jueves, 6 de noviembre de 2014

Novia Pokémon



Se escucha por todos lados decir que el amor nos lleva a hacer cosas que nunca imaginamos que podíamos hacer, que en el amor y en la guerra todo se vale, que no hay que usar blanco después del día del trabajador. Hoy estoy acá para desmentir todas esas patrañas.
Tenemos tan grabados, tatuados, en la mente esos dichos que ya damos por sentado que son verdades universales, cuando en realidad, en vez de estar razonando los motivos por los cuales actuamos como actuamos, le echamos la culpa de todo a ese sentimiento tan calentito que nos genera una cara linda, un gesto amable, o hasta el desinterés de otro ser humano (que suele ser tanto motivo de profundo dolor, como un potente afrodisíaco). Firmamos todo lo que hacemos con el nombre de “El Amor”, pero ni siquiera leemos el contrato. Y después, vienen los problemas.
Recuerdo historias de mujeres que acusaban embarazos, historias de hombres que apelaban a las inseguridades de su pareja, y todo tipo de tramoyas (amenazas, insistencias, gualichos); historias tan pero tan disparatadas que se inmortalizaron a través de miles de novelas latinoamericanas por años inestimables. Hoy por hoy, no estamos curados de esos engaños; peor aún: las farsas están evolucionando cual Pokémon, haciéndose cada día más fuertes y difícil de escaparles.
Hace unos soporíferos días (estoy con pocas horas de ocio, y el sueño se volvió una actividad de ocio), me llega en un mensaje un link junto con la declaración “mirá, alguien te está ganando en psicópata”. Claramente tenía que largar todo lo que estaba haciendo como si quemara y leer dicha noticia (ustedes ya la deben conocer): una señorita joven invita a su novio a un casamiento de un familiar; el joven se presenta al evento y se encuentra con su pareja. Vestida de novia. En el altar. Esperándolo. El muchacho fue invitado a su propia ceremonia. El muchacho se terminó casando.
Varias cosas cruzaron por mi mente:
1 - ¿Cómo no se me ocurrió?
2 – Ah, cierto, la conciencia.
3 – ¿Qué habrá servido de plato principal?
4 - ¿Por qué ese muchacho no salió corriendo? ¡¿POR QUÉ SE QUEDÓ A CASARSE?!
Esto fue el equivalente a la trampa de las hojas que tapan el agujero. Una vez puesto el pie en esa superficie, caíste. No sé ustedes, pero la cara de ese chico en las fotos no parece una expresión de júbilo y éxtasis, parece la cara de alguien que se acaba de dar cuenta de que ese ibuprofeno que se tomó en realidad era un laxante y tendría que poner velocidad máxima en sus piernas antes de sufrir un accidente en el smoking alquilado. O, para ser más acertados: ME ACABAN DE OBLIGAR A CASARME Y NO SÉ CÓMO CARAJO SALIR DE ÉSTA SIN QUE ME LINCHE TODA SU FAMILIA, QUE ME ESTÁ RODEANDO.
Lo que quiero decir es que no, lo que hizo esta chica no es amor. No podemos echarle la culpa al amor de todas las hazañas y atrocidades que cometemos. El humano es capaz de una infinidad de cosas, la mayoría de las cuales ve su oportunidad en momentos de desesperación, cual madre que ve a su niño en peligro y es capaz de levantar un auto con las manos. El combustible de esas epopeyas es la angustia, la desesperación, la impaciencia. No creo en el convencionalismo de que solo un miembro de la pareja tiene el poder, más bien la obligación, de pedirle casamiento al otro, pero tampoco vamos a embaucar al ser querido para que haga lo que uno quiere. No vale todo, ni en el amor ni en la guerra; uno tiene que cumplir con sus principios, ser decente, hacer el bien sin mirar a quién (cómo nos olvidamos de eso), no hacerle al otro lo que no queremos que nos hagan. Así como esta chica lo sorprendió al novio con una boda, el novio la puede sorprender con una audiencia de divorcio. Créanme, es más fácil moverse por la vida haciendo las cosas bien que tener que ir tapando trampas, porque eventualmente uno va a terminar pisando su propio cepo y ahí ya no hay escapatoria.
Por último, yo uso blanco cuando quiero, excepto cuando invito a alguien a salir, así apenas me ve no piensa que se va a terminar casando.



Gracias por leer este nuevo post, después extensos meses de silencio. Es bueno volver y ver que la comunidad Patológica sigue ahí. ¡Salud!

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