Hoy les voy
a contar por qué (más) no entiendo el engaño.
El otro día,
en un ataque de entusiasmo por mejorar mi vida y unas milagrosas horas libres,
me puse como meta ir al gimnasio a hacer ejercicio después de trabajar. Por
ende, y como esperaba de mi tenacidad, terminé en casa comiendo tostadas con
manteca y mirando televisión. Y mientras iba de acá para allá, tratando de
hacer diez cosas a la vez, no pude evitar hacerme una pregunta que ya me había
hecho unas cuantas veces más de las que estuvo sonando I Will Survive (que son
muchas): ¿Cómo hacen estos mal paridos para engañar y salirse con la suya?
Esta
pregunta va más allá del moralismo y el despecho de novia engañada. Mi pregunta
apunta directamente al tecnicismo, al estructuralismo del individuo que decide
salir a compartir sus partes nobles (que de nobles no tienen nada más que el
nombre) con otra pobre inconsciente (o no). Mi pregunta es ¿¿de dónde sacan el tiempo??
Yo, por
ejemplo y como muchos otros humanos, me levanto, me baño, me maquillo (y acá ya
tenemos una buena hora o más, dependiendo de si me maquillo normal o me dibujo
otra cara), y salgo a trabajar. Contemos otra hora en el transporte público.
Ahí tenemos que tener en cuenta el estado del tránsito, si el colectivo quiso
parar o siguió de largo (un saludo para ese garca diario), si ocurrió el
accidente semanal ferroviario, si las puertas del subte se cerraron en mi cara
y tengo que esperar el otro. Unos cuarenta y cinco minutos más o menos que
tenemos que restarle al día. Algunos trabajamos medio tiempo, otros trabajamos
jornada completa. Contemos ocho horas, sacando el almuerzo. Después, el viaje
de vuelta: la mayoría vuelve a su casa a la misma hora, así que las rutas del
transporte público se congestionan, retrasando el retorno a casa. Hasta acá
restamos más o menos unas doce horas de nuestro día.
Acá
encontramos un momento de ocio, el cual es ocupado con la actividad que uno
decida. De nuevo, mi ejemplo personal: de dos a cuatro horas de clases en la
facultad. Y luego una hora más o menos
de vuelta a casa. Actualización del estado del día: redondeamos en unas
dieciséis horas por las variantes.
Ahora nos
quedan unas ocho horas libres, y dicen que eso es lo que uno necesita dormir
para estar pleno al otro día. Claro, entre trabajo y estudio uno necesita
comer, un poco de ocio para descomprimir, así que terminamos durmiendo unas
cuatro o seis horas, por lo tanto el recuento final de horas libres sería el
siguiente: de dos a cuatro horas libres al día. DOS O CUATRO. Y sabemos que
existen estos individuos que hacen malabares entre todas estas actividades y
ADEMÁS, mantienen una doble vida, con pareja y amante. Claro, existen los fines
de semana, pero ¿cómo se reparte una doble vida en dos días? ¿sábado la
principal y domingo la segundona? ¿Medio día
cada una? ¿Cuántas veces puede una persona salir a hacer mandados sin
que sea sospechoso? Y sobre todo: ¿Cómo no le da un pico de stress con tanta
responsabilidad encima? Claramente estas personas tienen un don, son
alquimistas del tiempo, magos de la rutina.
Así que, por
favor se los pido, si tienen la información o el contacto de alguna de estas
personas desalmadas que inventan horas para engañar a sus parejas y se creen
que son lo más grande que existe desde Coca-Cola, denme su número de teléfono
que necesito que me pase su receta para crear tiempo de la nada misma. No es
que quiera incursionar en esas actividades despreciables de jugar con los
sentimientos de los demás, es que quiero tener más tiempo para dormir, mirar la
tele, leer un buen libro o dedicar un poco más de atención al blog. Díganme qué
tengo que sembrar para cosechar tiempo de ocio, les dejo los vientos y las
tempestades a los que quieran lidiar con eso. No sean tan egoístas, no lleven
su reputación de soretes a escalafones más bajos, al menos compartan su
secreto, que somos muchos los que nos quedamos cortos en el día a día. Termino
este reporte porque tengo que apurarme.
Acuérdense
de donar datos si tienen algún conocido que saque tiempo de la galera, también
recibimos vivencias que quieran compartir, como siempre. ¡Salud!
cocacola es un gran invento. que te arruino con este post?
ResponderBorrarquien soy? MUAJAJAJAJAJAAJJA (?)
Me la voy a jugar y voy a decir que sos Papá Noel defendiendo a su más grande sponsor. Todo bien con la Coca, panzón <3
Borrarno hay vuelta que darle, cada minuto es un minuto menos!!besitos
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