Se acerca
ese momento anual tan terrible, ese evento que viene tan pegado a las fiestas
que uno no entiende por qué, ¿POR QUÉ, SI EMPEZAMOS TAN BIEN, YA LA ESTAMOS
CAGANDO? Si, ustedes saben de qué día estamos hablando: aquel terrible día en
que Galileo Galilei llegó a Roma para su juicio ante la Inquisición, el 13 de Febrero
de 1633. EL HOMBRE ESTABA DICIENDO LA VERDAD, POR EL AMOR DE DIOS, LA TIERRA
GIRA ALREDEDOR DEL SOL.
Ok,
volviendo a lo habitual: una vez más estamos a un pelo de rana calva del día de
San Valentín y eso significa un montón de gente quejándose, otro montón
comprando porquerías que tira al otro día, y una importante escasez de
chocolate que preocupa a todo triste soltero que solo quiere quedarse en casa
mirando “Simplemente No Te Quiere” (por suerte la película no me va a faltar,
ya la tengo alquilada).
¿Pero qué tal si lo miramos desde otro ángulo? ¿Qué tal si, en vez de la conmiseración, la monetización o la depresión aplicamos otros puntos de vista más positivos? Por ejemplo, distintos escenarios de apreciación de nuestro fiel amigo cacao… ¿Cacaoso? ¿Cacaítico? ¿Cacaótico? En fin, el Señor Don Chocolate:
¿Pero qué tal si lo miramos desde otro ángulo? ¿Qué tal si, en vez de la conmiseración, la monetización o la depresión aplicamos otros puntos de vista más positivos? Por ejemplo, distintos escenarios de apreciación de nuestro fiel amigo cacao… ¿Cacaoso? ¿Cacaítico? ¿Cacaótico? En fin, el Señor Don Chocolate:
-ACEPTACIÓN:
El capitalismo instaló hace mucho tiempo esta festividad, igual que Navidad, y
nadie se queja de la ensalada rusa. Festejarlo o quejarse no van a cambiar
nada, pero el chocolate no tiene la culpa.
-AUTO-SATISFACCIÓN:
Al menos sé que soy una persona normal y en uso de mis facultades. No como esas
japonesitas que hacen chocolate con su pelo, saliva y/o sangre menstrual para
que los chicos le “devuelvan” su amor. Pero claro que se lo van a devolver, en
forma de vómito.
-COMPRENSIÓN:
Es normal que todos estos enamorados quieran festejar. Que sean felices, yo soy
igualmente feliz con mi película, mi chocolate y el wifi desprotegido del
vecino que me permite acechar las cuentas de Facebook de mis ex. Digo,
estudiar. Chocolate. Comer chocolate.
-SUPERACIÓN:
Hay una cierta cantidad de tiempo en que una persona puede contemplar
internetísticamente la fabulosa vida de Luisana Lopilato antes de que el
fanatismo farandulero se convierta en auto-flagelo. Hora de sacarse el jogging
con manchas de comida, ponerse un jogging limpio y sentirse linda y suertuda
por haber nacido en una época en la que se puede encontrar chocolate en menos
de 100 pasos, a módico precio y versátil composición.
-SOBREDOSIS:
… Chocolate… Tanto… Tanto… Choco… Late…
-REHABILITACIÓN:
Bueno, después de vomitar (hola Patada Al Hígado, mi vieja amiga) todo esa
ingesta masiva de chocolate, estoy lista y limpia en este hermoso y soleado 15
de Febrero. El Señor Chocolate y yo tendremos que tomar caminos separados por
un buen tiem… Oh, ¿qué es eso que está debajo de mi sillón? Hola, brillante
envoltorio mágico, supongo que el hígado tendrá que seguir pateando su
descontento unos días más.
Que pasen este día como más les guste pasarlo, gracias por pasar por mi palacio de la neurosis llamado blog, les invitaría unos chocolates pero... Bueno, ya no existen. ¡Salud!
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