lunes, 23 de julio de 2012
De humanidades y cartón.
Hemos hablado mucho sobre los efectos (primarios, secundarios y gastrointestinales) residuales que quedan flotando en forma de nube gris sobre nuestras cabezas a raíz de una ruptura, pero poco hemos dicho de la situación misma que nos causa esta constipación emocional. Prosigo entonces a enumerar tres maneras de terminar una relación, de menor a mayor en cuanto a su grado de dolor infligido y/o estupidez humana.
Algunos seres humanos, sin hacer distinción por género, tienen la madurez suficiente como para plantear cara a cara la situación, el valor de ir de frente con la verdad y el honor de soportar las consecuencias de tales acciones, sean lágrimas u objetos voladores identificados como proyección física del malestar interior.
miércoles, 18 de julio de 2012
¡Que SI, que NO!
Pese a los instintos innatos, una novia patológica puede acostumbrarse, y realmente disfrutar, la soltería. Por primera vez vivimos solo para nosotras y nadie está colgado de nuestras espaldas cual maestro Yoda en entrenamiento Jedi, susurrando inseguridades a nuestros oídos con cada paso. Nos levantamos, nos paramos frente al espejo para lavarnos los dientes y adorarnos (por que lo merecemos y lo sabemos), nos guiñamos un ojo y salimos a la vida al ritmo de una canción de acordes positivos. Todo parece ir bien ¿Cómo puede ir mal algo, si el sol brilla para mi y los albañiles me aman? Llegamos al trabajo con una sonrisa en la cara, nos acomodamos en nuestros escritorios con una infusión caliente en mano, listos para un nuevo y prometedor día cuyo protagonista principal es uno y nada más que uno mismo.
miércoles, 4 de julio de 2012
Desde Kosovo con amor.
Como buena novia patológica y ser humano en crisis existencial, hoy vengo a desparramar otro manojo de mis verdades recién salidas del horno. O, haciendo alusión a la temática del día, recién salidas del cañón.
Se podría decir que en un desconocido porcentaje de las veces (Dios sabe que hoy en día ya no estoy segura de nada), un ser humano ata lazos románticos con otro con cierta esperanza de un futuro pintado de amor, armonía y empalagosa co-dependencia. Los comienzos se ven asfixiados en una nube rosa de algodón de azúcar símil a la felicidad, como debe ser. Algunas veces, dicha sociedad establecida tiene éxito y la nube se queda viciando el aire por tiempo indefinido. Otras veces, la nube pasa de rosa-azúcar a gris-pólvora.
Se podría decir que en un desconocido porcentaje de las veces (Dios sabe que hoy en día ya no estoy segura de nada), un ser humano ata lazos románticos con otro con cierta esperanza de un futuro pintado de amor, armonía y empalagosa co-dependencia. Los comienzos se ven asfixiados en una nube rosa de algodón de azúcar símil a la felicidad, como debe ser. Algunas veces, dicha sociedad establecida tiene éxito y la nube se queda viciando el aire por tiempo indefinido. Otras veces, la nube pasa de rosa-azúcar a gris-pólvora.
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