Estamos en
una época de un individualismo paralizante. No hay que caminar muy lejos para
escuchar frases entre las líneas de “me encanta pero tiene un hijo y yo no
estoy para eso” o “tenemos mucha química pero está pasando por muchos quilombos
y no me voy a hacer cargo”. Parece que hay gente que, ante la menor incomodidad
en la pareja, siente que le están pidiendo que desactive una bomba. Hoy les
vengo a decir esto: saquen la cabeza de su propio upite, nadie les pidió que
salven al mundo, solo un poco de apoyo.